Los errores que no debes cometer en la primera cita

21 News | 29 agosto, 2017     Por: Impacto 21

Fallar en el primer beso, llegar alcoholizada (o), hablar pestes del ex, son solo algunos de los errores. Te recomendamos leer esta nota si no quieres acabar… como Bridget Jones 👇🏾

 

 

Las primeras citas tienen un encanto inigualable: los momentos cargados de ilusión a la hora de vestirnos, peinarnos, maquillarnos y volver a empezar cargados de nervios; la expectativa de pasar un buen rato mientras se descubren como personas y seres con deseos, sueños y motivaciones; la fantasía del beso de despedida antes de preguntarse si habrá una segunda cita.

Desgraciadamente toda la ilusión puede verse desvanecida cuando empieza una tormenta de errores durante la cita. Si bien ciertos detalles pueden ser molestos para unos y signos de ternura y encanto para otros, existen algunas conductas que será mejor evitar para tener éxito en la primera cita:

Fallar en el primer beso durante la despedida.

El primer beso es idealmente espontáneo y deseado, un mal beso puede reducir las probabilidades de concretar una segunda cita. En el caso de que alguno de los dos no desee hacerlo, es indispensable respetar ese deseo.

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Fingir que eres alguien diferente

A veces con la buena intención de atraerle a la cita o evitar pasar por una oleada de vergüenza, se es capaz de inventar historias, habilidades, gustos, intereses, entre otras cosas. La realidad es que el ser sincero desde un principio, podría facilitar tanto a la comunicación como a la confianza en las siguientes citas, y reducir malos entendidos en un futuro.

Hablar mal sobre la familia, amigos y ex parejas

Si bien es verdad que la vida tiene experiencias negativas, la resiliencia emocional es una de las cualidades más importantes en el ser humano. La capacidad de superar los eventos negativos, aún si implican heridas abiertas, es un atractivo necesario en la búsqueda de parejas. Sin embargo, el hablar mal sobre familiares, amigos y principalmente exparejas puede ser un síntoma de una salud emocional pobre.

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Mencionar a la/el ex 

La sinceridad y la comunicación son base fundamental de los vínculos sociales, el surgimiento espontáneo de frases como “a mi ex le gustaba equis” o “con mi ex vine aquí” puede ser un indicativo de una indisposición emocional. Además de provocar un silencio incómodo durante la cita.

Prestar más atención al celular y no a la cita

Numerosos estudios psicológicos han demostrado que el efecto de estar atento al teléfono durante un encuentro social es una sensación de desinterés y desplazamiento en la persona que está siendo ignorada. Evita revisar las redes sociales y reducir la respuesta a mensajes de WhatsApp o inbox por Facebook, para empezar con el pie derecho… Es decir, centra la atención en el interlocutor físico.

“No te enamores de mí, porque yo no busco nada serio” y demostrar lo contrario

Es un doble mensaje que en muchas ocasiones puede terminar en mal de amores cantando a Juan Ga y dedicándole varios tweets con el hashtag #TúSabesQuiénEres. Lo mejor es ser sincero y actuar en función de ello, así como ser responsable de las emociones de uno y poner límites o distancia cuando el amor empieza a doler.

Convertir la cita en un interrogatorio

La cita supone ser un proceso de mutuo descubrimiento, en un momento de fluidez y seducción durante la conversación. Se trata de un jugueteo libre para mostrar el interés que esa persona nos provoca. No obstante, las preguntas enfatizadas sólo en un tema –como, por ejemplo, el de las exparejas–, puede brindar la sensación de un interrogatorio y las ganas de salir corriendo de ahí.

Llegar a deshoras, sucio (a) y high

No se trata de reencarnar a la perfección, sino de reflejar que uno se cuida, es empático con las otras personas y hay interés en conocer sobriamente a la persona que se encuentra en frente. Se trata, en otras palabras, de realizar un esfuerzo similar al que se ejerce durante una entrevista de trabajo.

En conclusión, las primeras citas siempre son una increíble manera de generar un vínculo que puede resultar en un compañero de vida, una amistad leal o un aprendizaje de los errores a no repetir.

La mejor manera de saber si hubo un error en la primera cita, es, quizá, que no haya una segunda cita; sin embargo, esto es sólo una señal de que las características de nuestra cita no congenian con las nuestras y por tanto se hacen un favor en evitar perder el tiempo.