¿Eres runner principiante? Evita que se te acabe el aliento cuando sales a correr.

Es la primera vez que sales a correr. Tenis listos, playera dri-fit y mucha actitud… corres cinco minutos y glamour se acaba: tienes la lengua de fuera y un agudo dolor a un costado del abdomen.

Esto suele significar que el ritmo es demasiado rápido, pero también puede deberse a una forma de respirar ineficaz.

Por eso, aquí te dejamos estos tips para que salgas a correr, mejores tu rendimiento y no te quedes a medio camino:

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Respirar desde el estómago 

Cuando corres, deberías respirar profundamente desde el estómago, ya que es mejor para una toma eficiente y máxima de oxígeno en comparación con la respiración superficial.

Con la respiración superficial, el aire que respiras sólo se queda en los pulmones durante un tiempo breve. Así reduces la cantidad de oxígeno que tomas. Una técnica de respiración mala suele ser la razón de que la gente sufra dolor abdominal al correr.

La respiración profunda y desde del estómago, por otro lado, es mucho más eficiente cuando corres, ya que se sirve de toda la capacidad pulmonar. El aire que respiras también llega a la parte baja de los pulmones y permanece ahí durante más tiempo. Esto hace que aumente la toma de oxígeno.

Cómo respirar desde el estómago

• 1. Tiéndete en el suelo o en el sofá y pon las manos o un libro ligero en el estómago.

• 2. Respira de forma profunda y consciente. Deberías poder ver el libro subiendo y bajando a medida que tomas aire.

• 3. Intenta exhalar todo el aire de los pulmones. Con un poco de práctica te saldrá automáticamente y lo sentirás como algo natural.

¿Debo respirar por la nariz o por la boca?

El objetivo es tomar el oxígeno y expulsar el dióxido de carbono de la forma más eficiente posible, así que por la nariz no podrás tomar tanto oxígeno como por la boca. Por eso tiene sentido que respires principalmente a través de la boca cuando corras.

Sin embargo, también es cierto que el aire que respiras por la nariz se filtra y se templa, no es buena idea que le prives al cuerpo de su forma de conseguir la máxima cantidad de oxígeno cuando está bajo estrés.

A medida que la intensidad del running aumenta, empezarás a ver que no tienes suficiente oxígeno sólo respirando por la nariz.

Evita la respiración superficial y desde el pecho cuando corras y ve a por la respiración profunda y desde el estómago. Prueba diferentes ritmos de respiración y escoge el que te resulte más cómodo. Muchas veces el mejor ritmo al respirar es el que desarrollarás tú mismo con la práctica.