De acuerdo con un estudio, las personas que utilizan tonos azulados o grisáceos para sus fotografías, sufren o son más propensos a tener depresión.
Las redes sociales nos permiten hacer muchas cosas: perpetuar buenos momentos con amigos, dejar entrever nuestros gustos y, a veces, crear un estilo de vida que no siempre coincide con el que tenemos en realidad.
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Sin embargo, su uso puede también puede revelar al mundo cosas sobre ti que no deseas. Así lo confirma un nuevo estudio científico hecho por la Universidad de Vermont, que concluye que tus publicaciones de Instagram pueden mostrar si sufres depresión.
¿En serio es capaz alguien de saber si sufres depresión tan solo con ver tus fotografías? Sí, y el estudio que te vamos a explicar a continuación lo confirma.
El algoritmo médico para Instagram
Este estudio, hecho por los investigadores Andrew G. Reece y Christopher M. Danforth, fue publicado en EPJ Data Science. Los responsables reunieron a 166 voluntarios para estudiar sus fotografías de Instagram… ¿fueron ellos quienes las estudiaron cada foto? No. Aquí es donde aparece el algoritmo médico que permitió la investigación.
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Esta máquina analizó todas las fotografías con el objetivo de identificar la depresión. Los dos científicos compararon los resultados del algoritmo con los de médicos, y comprobaron que su herramienta superaba a los expertos a la hora de detectar la depresión. ¿Qué aspectos analiza la máquina para ser tan exacta?
Colores oscuros, la clave
Según los investigadores, si sufres depresión, evitarás utilizar esos filtros de la aplicación que otorgan diferentes tonalidades a tus fotografías. En caso de que vayas a utilizar esta herramienta, te limitarás a aplicar “Inkwell“, que otorga un efecto blanco y negro.
Si eres una persona con depresión, te limitarás a usar el filtro Inkwell o preferirás no usar ninguno. (Foto: Adriana Cobos)
Así lo explican los propios autores:
En otras palabras, las personas que sufrían depresión eran más propensas a preferir un filtro que literalmente drenase todo el color de las imágenes que querían compartir.
El número de comentarios también es fundamental, según los investigadores. El estudio ha servido para comprobar que las personas que sufren depresión suelen tener un mayor número de comentarios en sus publicaciones. Además, publican más fotos con caras, aunque tienen un menor número de caras por cada imagen que las personas saludables.
Por otro lado, y hablando de los voluntarios que no sufrían depresión, estos tendían a utilizar más los filtros de Instagram. Según el estudio, la mayoría prefería el filtro “Valencia“, que aplica a las imágenes un tono más cálido.
El filtro que brinda los tonos más cálidos es el “Valencia”. El cual, de acuerdo con el estudio, es utilizado por personas que no sufren depresión. (Foto: Adriana Cobos)
Los resultados encontrados por el algoritmo fueron, más tarde, contrastados con la opinión humana. Así, los investigadores reunieron a un segundo grupo para que analizaran las fotos y dijeran si les parecían interesantes, felices, tristes…
A través de la felicidad y la tristeza, estos últimos voluntarios fueron capaces de detectar la depresión, pero no coincidieron con el resto de señales de salud mental encontradas por el algoritmo. La exactitud de esta máquina podría conllevar un cambio fundamental en el futuro.