Si tienes alguna imposibilidad para tomar tus bebidas directo del vaso o la botella, te compartimos opciones de popote que valen la pena.
Cambiar hábitos hacia un consumo más consciente, responsable y coherente con el planeta y sus problemas es una necesidad que lleva tiempo manifestándose como urgente.
El tema de los popotes es un buen ejemplo para analizar y compartir información que ayude a entender parte de la problemática compleja que enfrentamos y también a mirar soluciones, algunas muy creativas y elaboradas, y otras tan sencillas como decir: sin popote, gracias.
Recientemente, la Semarnat lanzó la campaña Sin popote está bien con el objetivo de reducir el uso de este artículo y hacer conciencia sobre su impacto ambiental. El asunto de los popotes se inserta en un problema mucho mayor que es la excesiva producción de plásticos, los residuos correspondientes y el lamentable destino final, que en su mayoría llega a los océanos generando afectaciones a la vida marina.
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Aquí puedes acceder al material gráfico de la campaña y conocer más información sobre los productos plásticos, que generan el 90% de la basura oceánica del planeta, o datos curiosos sobre el origen de los popotes y su historia.
El origen del popote
Una anécdota publicada en la revista Algarabía cuenta que una de las historias más creíbles sobre el origen comercial del popote se debe a Harry Stevens, concesionario de alimentos que introdujo los hot-dogs en el estadio de los Gigantes de Nueva York.
Stevens se dio cuenta de que cuando los fanáticos tomaban refresco dejaban de ver el juego, así que se las ingenió para elaborar unos tubos -en ese entonces de papel grueso- para insertarlos en cada bebida, lo que triplicó las ventas y aportó una nueva forma de beber los líquidos.
En contraste a lo simpático que suena lo anterior y según datos compartidos en la Conferencia sobre los Océanos 2017, el plástico ha causado la muerte de hasta un millón de aves y cerca de 100 mil mamíferos marinos de 600 especies, además de tortugas marinas en todo el mundo.
Además, como refleja una imagen de la campaña de Semarnat, el popote dura en nuestra mesa unos 20 minutos cuando en los mares persiste más de 100 años. Por esta y otras razones hay muchos movimientos en el mundo que promueven la no utilización de popotes a nivel personal y en otros sectores como escuelas, restaurantes y cines para que a través de distintas acciones se sumen al esfuerzo.
Algunas cadenas de cafeterías o restaurantes ya se comprometieron a eliminar por completo el uso de popotes en sus establecimientos y otras ya anunciaron sus compromisos para lograrlo en el corto plazo.
Al final, lo más sustentable sería simplemente reducir o eliminar su necesidad y su uso, pero si de verdad los necesitas o tienes alguna imposibilidad para tomar tus bebidas directo del vaso o la botella, te compartimos algunas opciones que valen la pena:
Los comestibles
Elaborados con algas marinas, 100 por ciento compostables y degradables que te puedes comer al final o no, ya que se descomponen con el resto de residuos orgánicos e incluso se disuelven en agua en 24 horas. Hay de caramelo, mango, chocolate, limón, vainilla y carbón activado y son elaborados con endulzantes, saborizantes y colorantes orgánicos.
De bambú
Los hay desechables y también lavables y reutilizables. Los desechables se degradan en 15 días y los lavables los puedes usar el tiempo que gustes.
Los de papel
Elaborados con recursos renovables, biodegradables y compostables, son rígidos y no se suavizan en las bebidas. Una empresa norteamericana que ofrece este tipo de popotes dice que quiere contribuir a resolver la problemática del plástico “un sorbo a la vez”.
Los de semillas de aguacate
Fabricados con resinas obtenidas por medio de las semillas de aguacate. Son popotes de bioplásticos que se degradan más rápido, entre 90 y 240 días. Esta tecnología fue creada por un estudiante mexicano que patentó su proceso y creó su empresa. Lo anterior, además de generar ciertos beneficios ambientales abre puertas tecnológicas, profesionales y de emprendimiento, siendo esto un eslabón más de la sustentabilidad.
Los de vidrio
Los hay en distintos estilos, tamaños y para bebidas calientes y frías; son reusables, durables y por lo general encontrarás proyectos artesanales y locales que ofrecen este tipo de productos con un valor agregado de diseño y color.
Los de metal
Hay de acero inoxidable y de titanio, muy duraderos, y puedes encontrar proyectos creativos que elaboran este tipo de popotes como si fueran obras de arte.
Cáscara de mango
Son de bioplástico derivado de la cáscara del mango petacón: este, muy similar al de semilla de aguacate, es un proyecto chiapaneco reconocido en el mundo de la innovación tecnológica hacia la sustentabilidad ambiental.