El 54 por ciento de los trabajadores ya está mentalmente de vacaciones, según una encuesta hecha en 2016 en Londres. Y en los millennials el porcentaje sube a 60 por ciento.
Si diriges un negocio, harías bien en cerrar ahora por la Navidad. Puede que más de la mitad de tus empleados estén ahí, pero no ponen su corazón en lo que hacen.
“Parece que la Navidad empieza antes cada año”, dijo Dan Rogers, cofundador de Peakon, una startup danesa que recopila y mide datos de empleados.
Un sondeo de la empresa en 2016 descubrió que el 54 por ciento de los trabajadores británicos ya se han ido de vacaciones mentalmente a día de hoy.
Para la parte más joven de la fuerza de trabajo, el cierre de Navidad llega antes.
Ya a día de hoy, seis de cada 10 trabajadores millennials han desconectado, en comparación con el 40 por ciento de los baby boomers, según el sondeo entre tres mil trabajadores. La mayor parte de trabajadores de más edad espera hasta el 20 de diciembre.
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“Es tremendamente difícil concentrarte en las tareas cuando estás nervioso porque vas a reunirte con la gente que quieres, socializar y estar contento”, explicó Lorraine Black, de 28 años, auditora interna con base en Nueva York para una empresa de seguros e inversiones.
No es que esté retrasando las cosas a propósito, pero sabe que es menos productiva. “Los jefes realistas no lo niegan”, agrega. “No es la situación ideal para ellos, pero una que experimentan y que no les queda más remedio que aceptar”.
En los días previos a Navidad, puede parecer que prácticamente todo el mundo está echando un vistazo a Amazon o tratando de encontrar el regalo perfecto.
Algunos empleadores se rinden, ofreciendo a sus empleados un día libre para ir de compras para que no lo hagan en horario laboral.
La empresa con sede en Londres Jargon PR da a sus trabajadores “días extras para compras de Navidad” cada diciembre.
“Ofrecemos esto para que el equipo sepa que tiene un día para dedicar a las compras sin tener que usar días de vacaciones o acumular las cosas a lo largo del día de trabajo”, explica Simon Corbett, director gerente.
Hay menos trabajo, agrega Corbett, porque los clientes se están marchando de todas formas. La despreocupación se extiende de manera inevitable.
“Intento asegurarme de que el equipo lo pasa bien con reuniones regulares, algunos almuerzos con bebida”, cuenta Corbett.
Para los padres trabajadores, las vacaciones escolares también pueden significar un descenso en la productividad.
Algunos padres se toman días libres, pero pelearse con sus colegas por los mejores días es algo que resulta más fácil decir que hacer.
De todas formas, será mejor volver al trabajo. Solo falta una semana para la Navidad, y abandonar la lista de tareas pendientes hasta 2018 es la mejor manera de empezar un infeliz año nuevo.
Con información de Bloomberg